Natural de Portland, Elliot Thomas es uno de los artistas locales más destacados por sus sets enérgicos, profundos y ricos en matices profundos. Amante de las armas analógicas siempre deja constancia en sus producciones las emociones crudas y dinámicas que producen sus aparatos en pleno rendimiento. Las influencias del americano son muy claras cuando escuchas por primera vez sus tracks: el Detroit de primera generación donde la melodía y el funky groove dejan huella en la pista de baile.
En la cara A, Sirius nace con un arpegio con sonidos metálicos, que esperan la llegada de un bajo sensual aliñado de melodías melosas, que te empujan hacia la dance floor más burlona. La Bass Line coge camino del filtro adquiriendo una importancia relevante.
Giramos el vinilo, y nos aparece Desert Light inyectado por un pad de sinte analógico evocador que se va adornando de diferentes armónicos y silbidos titubeantes que sienten la presencia de una voz refinada que te transmite buenrollito. Otra demostración de la categoría y clase que atesora este joven productor construyendo otro track totalmente diferente al anterior pero utilizando los mismos bancos de sonidos y la característica caja de ritmos TR- 909.
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